Mi ventana gris
y el árbol de enfrente.
Junio es un puñado de vacíos
que canta tu nombre
todas las mañanas.
Susurra el otoño
con la esperanza tibia
de encontrar tu hueco
para calmar el paisaje
de todos los árboles
grises
de tanto crujir.
Las hojas de abril
llueven en mi ventana
gris
pero la calma se hace canción
siempre tu nombre
siempre en otoño.