Donde haya lugar, el primer libro de Diana Danessa

Los pájaros se guardan

en los árboles

o en la nubes,

donde haya lugar.

Así empieza Diana su poemario. Donde haya lugar, como proclamando una respuesta o una verdad, como si ese “donde haya lugar” fuera una urgencia de habitar, donde sea, pero habitar en ese lugar en el que empieza a volar la poesía.

A Diana siempre le gustaron los pájaros, o al menos eso creo desde que la conocí hace dos años cuando nos cruzamos por primera vez en el taller de Gaby. Y creo, después de leer este pedacito de su vida que es este libro, ella también es un poco pájaro, una mujer pájaro que desea habitar allí donde haya lugar.

Cuando leo este libro, me dan muchas ganas de que me lleve de visita a Bolívar para que me muestre la casa que fue de su abuela y que me muestre cuál era la vereda de la casa de su infancia y que caminemos por esas calles quietas y solas de su pueblo que la vio crecer. Ese pueblo donde ella habita aún a través de la distancia, ese que me hace conocer cada vez que trae sus textos para compartir en el taller.

En Donde haya lugar, Diana habla de la ausencia que es pasado, presente y futuro. Ella no escribe sino es anticipando lo que viene o lo que desea; siempre imagina el resto, porque desde el comienzo está pensando a dónde se van a guardar los pájaros, como si le importara nada más y nada menos que el resguardo, el cobijo de esas aves. Ahí está la respuesta, en el verso más hermoso que pudo haber elegido como título para este libro.

Yo me pregunto entonces, ¿dónde habita esa mujer pájaro que se resiste al paso del tiempo y que transita el dolor cuando llega la noche?

Podría decir que Diana habita en la casa de su abuela, en ese patio común, en esa cocina tomando mate cocido con leche, habita en los ojos azules de Trini, en sus manos de pianista. Tal vez también en la casa de su infancia donde vivían todos juntos, en sus padres. Pero ella además habita en la cotidianidad de las noches acompañadas pero solas, en los silencios, en la cena, en un café, en un juego de cartas, en la espera de un llamado telefónico para decir adiós, en la cama. Donde haya lugar, siempre. En lo cotidiano que es tan cruel como amoroso, tan difícil como necesario. Así lo siento en este libro.

Ahí es donde Diana encuentra su lugar, en la noche: el momento de la vigilia, ahí donde se pregunta: ¿quién se hace pasar por mí a esta hora de la madrugada? Como si fuese otra que no es ella la que transita la oscuridad, como si no pudiera hacerse cargo de todo ese peso que se le viene cuando la tarde cae, cuando quiere meterse en la cama e intenta desaparecer.

Pero lejos de irse y hacerle caso a su deseo,  aparece su  palabra para contarlo, para transitar el vuelo y para vivir ese simulacro de liberación, que menciona en uno de sus poemas.

Gracias que está Diana, esta escritora- poeta -pájaro, para ponerle cuerpo a la ausencia de la infancia que se cuenta en el presente de la noche y que duele en el deseo de esa mujer que se quería casar cuando era la niña a la que no le gustaban las hortensias y que nombra a esos hijos que no tiene para ganarle al miedo cada vez. Porque ella bien dice esas verdades que no solemos pensar pero que nos recuerdan lo inevitable, lo que duele: morir no es fácil.

Porque ella nos dice:

Morir no es fácil.

Antes tengo que hablar con mi madre

comer las almendras

comérmelas todas

y leer al azar

un poema de Carver.

 

Fumar un cigarrillo

mirar por la ventana

la fila de los autos

las hojas del otoño

cubrirme los hombros

con un saco de lana

y esperar

a que encandile el sol

sin parpadear.

 Yo le agradezco a Diana por confiar en mí para que la acompañe hoy, pero principalmente le agradezco a ella  por la compañía de este libro, que me hace creer que siempre va a haber un lugar donde sentirnos menos solos y porque de ahora en más, cada vez que vea a un pájaro me voy a acordar de su mirada y voy a saber que ellos van a dormir tranquilos, en los árboles o en las nubes de la noche cuando todo tiemble y suene el despertar de la poesía que hoy se celebra con este libro.

 

 

 

 

 

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