Todas tuvimos alguna vez un momento fan. Cuando estábamos en tercero polimodal (?), cinco pibes (uno con pinta de francés, otro que tenía un hermano mellizo pero menos talentoso, uno que tenía una voz de cantante de ópera, un negro, y otro simpaticón con nombre de algo que venden en la carnicería pero nunca comí) ganaron un programa que se llamaba Popstars. Los Mambrú se presentaron en el Shopping Devoto, que era el centro comercial más zarpado que se había inaugurado cerca de casa (después del Plaza Park Shopping y del Del parque Shopping, en Villa del Parque, claro). Entonces, esa tarde, faltamos al colegio para verlos. Desde una terraza saludaron, a nosotras, sí, Milton apuntó sobre nosotras (eso creíamos) y nos sentimos maravillosas. Mucho antes, mis amigas y yo habíamos sido fans de Caramelito en barra y sabíamos todos los pasitos de las coreografías: “Hoy salió el sol/ tuve ganas de buscarte/para saber/si quería vos contarme/qué te pasó…”. Ni hablar de Chiquititas y el libro de la vida de Belén cuando se presentaban en el Gran Rex. Ir era la gloria y podíamos sentir que los sueños se iban a hacer realidad sólo porque lo decían ellos: “Si vos querés/ podés”, cantábamos al unísono con una mano en el corazón, como si fuera un himno.Tiempo después, una tarde estuvimos un rato largo en la puerta de un boliche con una amiga, para entrar y escuchar a modo de primicia el disco Azul de Cristian Castro. Éramos todas un grupo de gente desconocida que escuchaban, una detrás de otra y en orden, las canciones del compact disc que iba a salir a la semana siguiente (sí, por primera vez oímos “Lloviendo estrellas” y decíamos esta sí está Re buena) y que tendría en la tapa a un Cristian renovado, platinado; el mismo que después grabaría el emblemático video corriendo en la playa, con el tatuaje de una figura que nunca supimos bien qué era. Ojo, la variedad siempre fue algo característico del grupo porque también logramos entre todas, tener una buena colección de casettes y memorables CDs: Grupo Santa Marta, Montecristo (!), La Cumbia, Gastón Angrisani, Los Ángeles Azules, La Nueva Luna, Grupo Green, Red, Blue, Gilda (se conseguían en la disquería de Rodríguez Peña; siempre había alguna novedad, eran bastante económicos para la época y sino, para los más pop, teníamos que ir al Musimundo del ya mencionado shopping de VDP, viajando antes en el San Martín). Éramos chicas del conurbano, lindas y contentas; muy musicales. Algunas de nosotras armaban los propios grupos de Spice Girls (estaba bien claro quién era Emma y cuál Gery, por ejemplo) y cada cual amaba a un BSB en especial. Yo no me repartía por el amor de Nick porque me encantaba el menor de los Hanson. En Avenida La Plata, no la de Capital, sino la Avenida La Plata de verdad, la de Santos Lugares, había una señora que tenía un local que hacía remeras con fotos y muchas de nosotras mandábamos a hacer alguna; esas se tenían que lavar poco porque si no, se podían desteñir. Todo antes había marcado un hito cuando en el noventa y cuatro el propio Diego Torres dio un show exclusivo en el Ateneo Manuel Dalzón y cantó “Tratar de estar mejor”, cuando todavía no era ni siquiera un hit para los vídeos de quinto año. Hasta el mismísimo Abel Pintos se presentó en nuestro colegio cuando no lo conocía ni León Gieco ni La Sole. Y nosotras, estábamos ahí, en primera fila. Un día, armé un fans club de Ricky Martin que se llamaba “Nada es imposible”. Éramos tres y hasta nos habíamos hecho las credenciales forradas con contact. Con poquito éramos felices. Teníamos la ilusión de verlo algún día, aunque cuando vino gratis a cantar en la 9 de julio no fuimos no sé por qué (esas cosas de las que arrepentís para siempre). A Luismi lo vimos de grandes,varias veces en Vélez y siempre decíamos que iba a ser la última porque había cantado re poco y siempre lo mismo. Pero la vez siguiente, íbamos a ir igual, porque era Micky y no podíamos dejar pasar la oportunidad. Con mis amigas tenemos muchas cosas en común, un montón de flashes, de bailes, de jeans de Kosiuko, de rosarios flúo, varios sabores de Impulse (incluido el limited edition de las Spice), un montón de realities shows, varias finales juntas. Siempre firmes con Popstars, con los Operación Triunfo, desde la temporada de Claudio Basso hasta la de ya no sabemos quién ganó. Será que fuimos somos y seremos fans de nosotras. Fuimos nosotras las estrellas del pop, de la cumbia y de las canciones latinas. Cómo me voy a olvidar. City Hall. Soul Train. Los asaltos. Los Chakales. Amor amor amor. Los bailes en el colegio. El barrio. La esquina. El tren. Quiero que me vuelvan a mirar tus ojos. Siempre seremos las reinas del ritmo.
En la foto, sólo algunas de nosotras, con Cristian Castro (real) muchos años después y hace algunos cuantos.
